La intervención con menores y jóvenes la entendemos como una apuesta por el presente y por el futuro de la sociedad. Creemos firmemente en la necesidad de luchar contra los casos de malos tratos, abusos a menores, delincuencia juvenil, desnutrición, mendicidad y un sinfín de realidades que se nos manifiesta en nuestro alrededor, valorando que todos y todas nos merecemos una oportunidad de cambiar, de tener otras formas de vida. Para ello, la gestión de Centros de protección, de programas, servicios o recursos que contribuyan al pleno desarrollo personal, familiar y social de los/as menores, son las líneas que definen la actuación que, desde esta área, se han puesto en marcha en la ASMN.
El acogimiento residencial es una medida de protección destinada a aquellos niños, niñas y adolescentes que no pueden permanecer en sus hogares, y mediante la cual se les proporciona un lugar de residencia y convivencia que cumpla con el cometido de una adecuada satisfacción de las necesidades de protección, educación y desarrollo. Esta medida se fundamenta en dos características fundamentales:
• Su carácter instrumental, ya que está al servicio de un Plan de Caso que contemple una finalidad estable y normalizada.
• La temporalidad, en cuanto que los niños, niñas y adolescentes que requieran un hogar de sustitución por tiempo indefinido o muy larga estancia deberían orientarse hacia el acogimiento familiar.
Siguiendo a Child Welfare League of America y a Maluccio, desde el sistema de protección infantil desarrollaremos las siguientes funciones básicas:
Proporcionamos a los niños, níñas y adolescentes que lo precisen un contexto seguro, nutritivo, protector, educativo, terapéutico, al tiempo que responde a sus necesidades de salud, emocionales y educativas, en función de su desarrollo evolutivo y psicosocial.
Proporcionamos atención educativa y terapéutica a aquellos niños, niñas y adolescentes que dadas sus características personales y familiares no pueden seguir un idóneo desarrollo en un contexto de tipo familiar.
Ayudamos a las familias a modificar las condiciones, así como los comportamientos parentales y los de sus hijos, que impidieron una vida idónea familiar, posibilitando, de esta forma, mejores relaciones familiares y, a ser posible, la reunificación familiar.
Preparamos a los niños, niñas y adolescentes y a los padres y madres, para las alternativas a la reunificación familiar (acogimiento familiar, adopción, emancipación) cuando esta no sea posible o no convenga al interés de los menores.
Proporcionamos a los y las adolescentes los recursos y habilidades necesarios para una adecuada transición a la vida adulta y, en su caso, para iniciar una vida autónoma.
Ayudamos al desarrollo de apoyos comunitarios a largo plazo, así como al establecimiento de relaciones necesarias para la vida posterior una vez llegada la salida del Centro.